En 2002, llegamos a Sevilla, con la maleta llena de ilusión. Aunque no vamos a negar que al principio sentíamos cierto temor. Como en toda buena historia, los comienzos no fueron fáciles. Pero pronto nos enamoramos de la ciudad y eso facilitó las cosas.

Desde el principio, tuvimos claro que Sevilla nos brindaría la oportunidad de crear una cocina de calidad gracias a la riqueza de sus materias primas. La proximidad de la costa y la montaña nos ofrecían grandes oportunidades que no podíamos desaprovechar.

Nos han acompañado muchos proyectos a lo largo del camino, pero sin duda, la cocina sin gluten ha sido uno de los más importantes y, al mismo tiempo, el más difícil. Además de capacitar a nuestro personal y construir una cocina independiente dentro de nuestras instalaciones para evitar el riesgo de contaminación cruzada, nos sentimos recompensados por tantas muestras de cariño y gratitud. En este sentido, seguimos trabajando para mejorar y poder ofrecer opciones sin lactosa o veganas, para que todos puedan disfrutar en nuestro establecimiento.

La historia continúa y nosotros seguimos trabajando con constancia. Ahora que ya nos conoces, ¿a qué esperas?